jueves, 10 de mayo de 2012

Conoce todo lo necesario para mantener tus órganos genitales libres de molestias e infecciones y cuida tu salud sexual todos los días

 
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Como mujer, necesitas tener una atención especial con tu higiene íntima y cuidar tus órganos genitales para evitar enfermedades causadas por infecciones vaginales. Seguramente te preocupas por tener una sensación de limpieza y frescura durante todo el día, pero tu zona vaginal es delicada y es importante que sepas qué cuidados tener para no alterar el pH vaginal y causar irritación, alergias o infecciones.
Para tomar en cuenta
Mantener una correcta limpieza del área externa de la vagina no es sólo una cuestión de comodidad e higiene, sino también de prevención, porque esa zona puede convertirse en el caldo de cultivo para contraer infecciones muy molestas.
El sudor, la humedad de tu ropa íntima, nadar en albercas, los pantalones muy ajustados o la poca ventilación de la zona genital son algunos de los factores que más favorecen al desarrollo de las infecciones vaginales.
Cuando te expones en exceso o permanentemente a estos factores de riesgo, tu protección natural es insuficiente para el proceso de autodepuración. El flujo vaginal que se genera en tu interior se reduce y no actúa de la mejor manera, dando lugar a enfermedades o irritación.
Tips básicos de limpieza
Mantén tus órganos genitales limpios, siguiendo estos consejos de higiene diarios y en situaciones específicas:
  • Hazte un lavado vaginal por la mañana y repítelo por la noche, antes de dormir. Un poco de agua y un jabón suave son suficientes para la higiene cotidiana. Evita el uso de gel corporal para el área genital, ya que sus componentes químicos podrían irritarte.
  • Utiliza ropa interior de algodón, ya que el nailon y otras fibras sintéticas pueden causar irritación y aumentar la sudoración.
  • No utilices esponjas para lavar esta área porque debido a la humedad que acumulan, pueden ser un caldo de cultivo de gérmenes y puedes contagiarte al ponerlas en contacto con tu zona genital durante el baño.
  • Después de ir al baño, limpia muy bien de adelante hacia atrás tu vagina y retira todos los residuos que pueden causar alguna infección.
  • Nunca uses sprays íntimos, toallitas limpiadoras o espumas, estos productos son exclusivamente para las zonas externas.
  • Los antibióticos, sobre todo los tratamientos de larga duración, pueden destruir la flora vaginal y la protección que brinda, facilitando el paso de gérmenes y hongos. Habla con tu médico para que te indique qué hacer en esos casos.
  • Evita el uso de toallas femeninas o tampones durante más tiempo del recomendado por el fabricante y cámbiatelos cada cuatro o seis horas como máximo.
Cuida tu pH natural
El pH en la piel de los seres humanos es ácido. En el caso de la piel vulvar y vaginal de una mujer sana, si este pH ácido se vuelve alcalino, favorece la aparición o continuidad de infecciones. En la vagina normalmente proliferan ciertas bacterias, fundamentales para mantener el pH ácido de esa zona y así evitar la proliferación de infecciones.
Por lo anterior es importante el uso de un shampoo especial que ayude a mantener el equilibrio de este pH y prevenga irritaciones y enfermedades, formulado especialmente para el cuidado de la higiene íntima de la mujer.
Limpieza genital masculina

Una de las acciones a la que menos prestamos atención y realizamos en forma mecánica, sin otorgarle la importancia que merece es la higiene genital masculina. Pareciera que pasarse agua y jabón por la zona del pene y los testículos fuera suficiente para eliminar la mugre acumulada y que limpiar una zona expuesta no requiriera de mucha ciencia.

Sin embargo los órganos que forman el aparato reproductor masculino requieren una atención especial que de no ser otorgada diariamente puede ser causa del nacimiento de hongos, bacterias e infecciones en la zona con graves consecuencias para la salud, las cuales se manifiestan en forma de comezón, sensación de ardor o quemazón, hinchazón, enrojecimiento del pene y hasta secreción de líquido purulento cargado de pus.

De acuerdo a la rama de la medicina encargada de atender las afecciones en los genitales masculinos, los órganos reproductores están expuestos a un sinnúmero de problemas a causa de contaminación por contacto, infección por hongos transmitidos por la compañera sexual y múltiples infecciones microbianas adquiridas por diversas vías, las cuales podrían ser contenidas o evitadas tan sólo por medio de la higiene.

Un ejemplo de ello, es el caso de los hombres no circuncidados, quienes en la parte inferior del prepucio generan una sustancia blancuzca, grasosa y con fuerte aroma, denominada esmegma, la cual se contamina rápidamente y sin la limpieza adecuada da lugar a la aparición de balanitis, una infección dolorosa que se caracteriza por la pus.

Limpiarse diaria y adecuadamente la zona genital es un comportamiento saludable que todos los hombres deben practicar, no hacerlo significa graves riesgos.

A continuación, algunas recomendaciones básicas sobre como realizarse una adecuada limpieza genital masculina.

• Paralelamente al baño, realícese su limpieza genital todos los días.
• Humedezca abundantemente la zona genital, junto con el resto del cuerpo.
• Lave completa y cuidadosamente con agua y jabón el pene y los testículos, procurando no frotarlos en forma tal que lastime el área.
• Si no tiene circuncisión eche atrás el prepucio y lave abundantemente con agua y jabón esa parte del glande, procurando no lastimar el área.
• Asegúrese de eliminar todo el jabón del área.
• Seque concienzudamente la zona inguinal y la entrepierna con un trapo exclusivo para ello.
• Si padece de sudoración aplique talco en la zona.
• Lave rápidamente y cuidadosamente la zona en caso de que haya sostenido relaciones sexuales con una mujer en periodo de menstruación, el riesgo de infección en esos casos es más alto.

viernes, 4 de mayo de 2012

PRINCIPALES PATOLOGÍAS DEL SISTEMA REPRODUCTOR MASCULINO.

CÁNCER DE PRÓSTATA: La próstata es la glándula que se encuentra debajo de la vejiga de los hombres y produce el líquido para el semen. El cáncer de próstata es la segunda causa más común de muerte por cáncer en los hombres de todas las edades. Es raro en hombres menores de 40 años.

Los niveles de una sustancia llamada antígeno prostático específico (PSA, por sus siglas en inglés) suelen ser elevados en los hombres con cáncer de próstata. Sin embargo, el PSA también puede estar elevado con otras afecciones prostáticas. Desde que el análisis de PSA se volvió algo común, la mayoría de los cánceres de próstata se determinan antes de que causen ciertos síntomas. Los síntomas del cáncer de próstata pueden incluir:

Problemas para orinar, como dolor, dificultad para iniciar o detener el flujo de orina o goteo
Dolor en la parte baja de la espalda
Dolor al eyacular
El tratamiento del cáncer de próstata suele depender de la etapa del cáncer. La velocidad de crecimiento del cáncer y su diferenciación del tejido circundante ayuda a determinar dicha etapa. El tratamiento puede incluir la cirugía, radioterapia, quimioterapia o control de las hormonas que afectan al cáncer.



DIFUSIÓN ERÉCTIL:a disfunción eréctil (DE) es tener dificultades para lograr o mantener una erección. La DE se hace más común a medida que envejece. Pero la disfunción sexual masculina no es una parte natural del envejecimiento.

A algunas personas les cuesta hablar de sexo con el médico. Pero si tiene DE, debe comunicárselo. La DE puede ser una señal de problemas de salud. Puede significar que los vasos sanguíneos están tapados. Puede significar que tiene una lesión nerviosa causada por diabetes. Si no consulta a su médico, estos problemas permanecerán sin tratamiento.

El médico puede ofrecerle varios tratamientos nuevos para la DE. Para muchos hombres la respuesta es tan simple como tomar una pastilla. Ejercitarse más, perder peso o dejar de fumar también puede ayudar.

CÁNCER DE TESTÍCULO:El cáncer de testículos se forma en los testículos de los hombres, las glándulas ovaladas que producen el esperma y la testosterona. El cáncer de testículos afecta principalmente a hombres jóvenes entre los 20 y 39 años. También es más común en hombres que:

Tuvieron un desarrollo testicular anormal
Tuvieron un testículo no descendido
Tienen antecedentes familiares de cáncer
Los síntomas incluyen dolor, inflamación o nódulos en los testículos o la región inguinal. La mayoría de los casos son tratables, especialmente cuando se detectan con anticipación. Las opciones de tratamiento incluyen cirugía, radiación y quimioterapia. Los análisis habituales después del tratamiento son importantes. Los tratamientos también pueden causar infertilidad. Si desea tener hijos más adelante, deberá tomar en consideración acudir a un banco de esperma antes del tratamiento.

OTRAS PATOLOGIAS:
Priapismo: erección dolorosa que no desaparece
Enfermedad de Peyronie: curvatura en el pene durante la erección debido a una masa dura denominada placa
Balanitis: inflamación de la piel que recubre la cabeza del pene, con mayor frecuencia en hombres y niños que no han sido circuncidados
Cáncer de pene: una forma rara de cáncer, con muchas posibilidades de curación cuando se detecta con anticipación

PATOLOGÍAS DEL SISTEMA REPRODUCTOR FEMENINO.
CANCER DE CUELLO UTERINO:El cérvix o cuello uterino es la parte más baja del útero, el lugar en el que crece el bebé durante el embarazo. El cáncer de cuello uterino es causado por varios tipos de un virus llamado virus del papiloma humano (VPH). El virus se contagia por el contacto sexual. El cuerpo de la mayoría de las mujeres es capaz de combatir la infección de VPH. Pero algunas veces, el virus conduce a un cáncer. Si fuma, tiene muchos hijos, ha utilizado pastillas anticonceptivas por largos periodos o tiene una infección por VPH tiene más riesgo de que eso ocurra.

En un principio, el cáncer de cuello uterino quizá no causará síntomas, pero más adelante puede haber dolor en la pelvis o sangrado vaginal. Suele tomar varios años para que las células normales del cuello uterino se conviertan en células cancerosas. El médico puede encontrar las células anormales con una citología vaginal o Papanicolau (Pap), que es un examen de las células del cuello uterino bajo un microscopio. Hacerse exámenes Pap periódicamente permite detectar y tratar las células cambiantes, antes de que se conviertan en un cáncer.

Existe una vacuna para las niñas y mujeres jóvenes que las protege contra los cuatro tipos de VPH que causan la mayoría de los cánceres de cuello uterino.

CANCER DE OVARIO:El cáncer en los ovarios suele presentarse en mujeres mayores de 50 años, pero también puede afectar a mujeres más jóvenes. La causa es desconocida. El cáncer en los ovarios es difícil de detectar con anticipación.

En cuanto antes se descubra y se trate el cáncer en los ovarios, mejores serán las oportunidades de recuperación. Pero el cáncer en los ovarios es difícil de detectar con anticipación. Muchas veces, las mujeres con cáncer en los ovarios no tienen síntomas o tienen sólo síntomas leves hasta que la enfermedad se encuentra en una etapa avanzada y difícil de tratar. Los síntomas pueden incluir:

Sensación de peso en la pelvis
Dolor en la parte baja del abdomen
Hemorragias vaginales
Aumento o pérdida de peso
Períodos menstruales anormales
Dolor de espalda sin explicación que empeora
Gases, náusea, vómitos o pérdida del apetito
El tratamiento suele ser quirúrgico y es seguido por un tratamiento con medicinas llamado quimioterapia.



INFECCIONES POR CLAMIDIA:La clamidia es una enfermedad de transmisión sexual común causada por una bacteria. Se contagia a través de las relaciones sexuales o contacto sexual con una persona infectada. Tanto los hombres como las mujeres pueden tenerla. La clamidia no suele causar síntomas. Cuando sí presenta síntomas, puede aparecer una sensación de ardor al orinar o una secreción anormal por la vagina o el pene.

La clamidia puede provocar una infección urinaria tanto en hombres como en mujeres. En las mujeres, una infección en el sistema reproductivo puede conducir a una enfermedad inflamatoria pélvica, la cual puede conducir a infertilidad o problemas serios con el embarazo. Los niños que nacen de madres infectadas pueden tener infecciones oculares y neumonía por clamidia. En los hombres, la clamidia puede infectar el epidídimo, que es el conducto que lleva el esperma. Esto puede causar dolor, fiebre y, en raros casos, infertilidad.

La infección por clamidia puede curarse con antibióticos. Si usted es una persona sexualmente activa, utilice preservativos para disminuir sus riesgos de contagiarse. Los especialistas recomiendan que las mujeres de 25 años o menos se realicen pruebas de clamidia todos los años
El aparato reproductor está constituido


Tanto en la mujer como en el hombre, por las siguientes

partes: las gónadas, que son los órganos donde se

forman los gametos y donde se producen las hormonas

sexuales; las vías genitales, conductos de salida;

y los órganos que permiten la unión sexual, llamado

cópula, que posibilita el encuentro de los gametos.

Gónadas masculinas: Los testículos

Los testículos son los productores de las células sexuales masculinas llamadas espermatozoides o espermios. Además, cumplen una función endocrina: la de secretar la hormona masculina testosterona.

Están situados debajo del pene entre los dos muslos. Están encerrados en un sistema de cubiertas que reciben el nombre de bolsas o escroto. El testículo tiene forma de un ovoide aplanado en sentido transversal, con una longitud de 4 a 5 cm.

Los testículos están formados por:

- Tubos seminíferos: Estos están revestidos por un epitelio denominado epitelio seminífero que contiene a las células de Sértoli (o de sostén) y a las células espermatogénicas que darán lugar a los espermatozoides, que serán conducidos por estos tubos para luego abandonar el testículo.

- Tejido conjuntivo intersticial: segregan hormonas sexuales masculinas (andrógenos, principalmente testosterona).

Vías espermáticas

- El epidídimo es un tubo de 5 a 6 metros de longitud. Se puede dividir en 3 partes:

cabeza, cuerpo y cola. Está formado tan ensortijadamente que si se desenrolla puede comparase en largo con el tubo digestivo. Es el lugar de almacenamiento y maduración de los espermatozoides. Luego de su porción final toma la forma de un tubo más o menos regular llamado conducto deferente.

- El conducto deferente junto con vasos y nervios forma el cordón espermático. En su trayect

Problemas menstruales

Las muchachas se pueden ver afectadas por una variedad de problemas menstruales. Algunas de las dolencias más comunes son las siguientes:
  • La dismenorrea es cuando una muchacha tiene períodos dolorosos.
  • La menorragia es cuando una muchacha tiene períodos muy fuertes con sangrado excesivo.
  • La oligomenorrea es cuando una muchacha no tiene el período o tiene períodos infrecuentes, a pesar de haber estado menstruando hace tiempo y no estar embarazada.
  • La amenorrea es cuando una muchacha no ha tenido su primer período al alcanzar los 16 años, o tres años después de haber comenzado la pubertad; llega a los 14 años sin desarrollar signos de pubertad; o tuvo períodos normales, pero dejó de menstruar y no está embarazada.
Infecciones del sistema reproductor femenino
  • Enfermedades de transmisión sexual. Incluyen infecciones y enfermedades como la enfermedad inflamatoria pélvica, el virus de inmunodeficiencia humana/síndrome de inmunodeficiencia adquirida (VIH/SIDA), el virus del papiloma humano (o verrugas genitales), la sífilis, la clamidiasis, la gonorrea y el herpes genital. La mayoría se transmiten de persona a persona por contacto sexual.
  • Síndrome del shock tóxico. Esta enfermedad poco común es provocada por la liberación de toxinas en el cuerpo durante un tipo de infección bacteriana que tiene más probabilidades de desarrollarse si se deja un tampón durante demasiado tiempo. Puede provocar fiebre elevada, diarrea, vómitos y shock.
Si consideras que presentas síntomas de un problema en tu sistema reproductor, o si tienes preguntas acerca de tu crecimiento y desarrollo, habla con alguno de tus padres o con un médico; muchos problemas del sistema reproductor femenino pueden ser tratados.

Problemas que pueden surgir en el sistema reproductor femenino

En algunas ocasiones, las muchachas y las mujeres pueden padecer problemas en su sistema reproductor. A continuación, encontrarás algunos ejemplos de afecciones del sistema reproductor femenino.
Problemas que pueden surgir en la vulva y la vagina
  • La vulvovaginitis es una inflamación de la vulva y la vagina. Puede ser provocada por sustancias irritantes (como jabón de lavar o espumas de baño). Este problema también puede ser provocado por una mala higiene personal (como limpiarse de atrás hacia adelante después de una deposición). Los síntomas incluyen enrojecimiento y picazón en la zona vaginal y vulvar, y en ocasiones flujo vaginal. La vulvovaginitis también puede ser provocada por una superpoblación de Candida, un hongo que normalmente está presente en la vagina.
  • El sangrado vaginal no menstrual se debe, por lo general, a la presencia de un cuerpo extraño en la vagina; con frecuencia, papel higiénico introducido en la vagina. También se puede deber a un prolapso uretral, una afección en la que las membranas mucosas de la uretra sobresalen por la vagina como una pequeña masa de tejido, con forma de rosquilla, que sangra con facilidad. También se puede deber a una lesión (como haber caído sobre el caño de una bicicleta) o a un traumatismo vaginal debido a un abuso sexual.
Problemas que pueden surgir en los ovarios y las trompas de Falopio
  • Los embarazos ectópicos ocurren cuando un óvulo fertilizado, o cigoto, no llega al útero y, por el contrario, crece rápidamente en la trompa de Falopio. Las mujeres con este problema tienen dolores abdominales fuertes y deben consultar a un médico, porque en algunos casos es necesaria una cirugía.
  • La endometriosis se presenta cuando un tejido que normalmente sólo se encuentra en el útero comienza a crecer fuera de éste: en los ovarios, las trompas de Falopio o en otras partes de la cavidad pélvica. Puede provocar sangrado anormal, períodos dolorosos y dolor pélvico general.
  • Los tumores de ovario, si bien no son comunes, pueden aparecer. Las mujeres con tumores en los ovarios suelen tener dolor abdominal y bultos que se pueden sentir en su abdomen. Probablemente sea necesaria una cirugía para extirpar el tumor.
  • Los quistes de ovario son bolsas no cancerosas llenas de líquido o de material semisólido. Aunque son comunes y no suelen ser nocivos, pueden transformarse en un problema si adquieren un tamaño muy grande. Los quistes grandes pueden empujar los órganos cercanos y provocar dolor abdominal. En la mayoría de los casos, los quistes desaparecen solos y no es necesario ningún tratamiento. Si los quistes provocan dolor, el médico puede recetar píldoras anticonceptivas para alterar su crecimiento, o un cirujano puede extirparlos.
  • El síndrome del ovario poliquístico es un trastorno hormonal en el cual los ovarios producen demasiadas hormonas masculinas (andrógenos). Esta afección hace que los ovarios se agranden y desarrollen muchas bolsas llenas de líquido, o quistes. Con frecuencia, aparece por primera vez en la adolescencia. Según el tipo y la gravedad de la enfermedad, se puede tratar con medicamentos para regular el equilibrio hormonal y la menstruación.

¿Qué hace el sistema reproductor femenino?

El sistema reproductor femenino permite que una mujer:
  • produzca óvulos
  • tenga relaciones sexuales
  • proteja y nutra el óvulo fertilizado hasta que se desarrolle completamente
  • dé a luz
La reproducción sexual no sería posible sin los órganos sexuales denominados gónadas. Si bien la mayoría de la gente considera que las gónadas son los testículos del hombre, ambos sexos tienen gónadas; en la mujer, son los ovarios. Las gónadas femeninas producen gametos femeninos (óvulos); las gónadas masculinas producen gametos masculinos (espermatozoides). Una vez que un óvulo es fertilizado por el espermatozoide, recibe el nombre de cigoto.
Cuando una mujer nace, sus ovarios contienen cientos de miles de óvulos, los cuales permanecen inactivos hasta que comienza la pubertad. En la pubertad, la glándula pituitaria, ubicada en la parte central del cerebro, comienza a fabricar hormonas que estimulan a los ovarios para producir hormonas sexuales femeninas, incluyendo el estrógeno. La secreción de estas hormonas hace que una niña se desarrolle y se transforme en una mujer madura.
Hacia el final de la pubertad, la niña comienza a liberar óvulos como parte de un período mensual denominado ciclo menstrual. Aproximadamente una vez al mes, durante la ovulación, un ovario envía un diminuto óvulo hacia una de las trompas de Falopio. A menos que el óvulo sea fertilizado por un espermatozoide mientras se encuentra en la trompa de Falopio, se secará y abandonará el cuerpo aproximadamente dos semanas más tarde a través del útero. Este proceso se llama menstruación. La sangre y los tejidos del recubrimiento interno del útero se combinan para conformar el flujo menstrual, que en la mayoría de las muchachas dura de 3 a 5 días. El primer período de una muchacha se denomina menarca.
Normalmente, las mujeres y muchachas sienten algunas molestias en los días previos a sus períodos. El síndrome premenstrual (SPM) incluye síntomas físicos y emocionales que aparecen en muchas muchachas y mujeres justo antes de sus períodos. Estos síntomas incluyen acné, distensión abdominal, fatiga, dolor de espalda, inflamación y dolor en los pechos, constipación, diarrea, antojos, depresión, irritabilidad o dificultades para concentrarse y controlar el estrés. El SPM suele empeorar durante los 7 días anteriores al inicio del período y desaparece una vez que éste comienza.
Muchas muchachas también sufren calambres abdominales durante los primeros días del período. Éstos son causados por las prostaglandinas, sustancias químicas presente en el cuerpo, que hace contraer los músculos lisos del útero. Estas contracciones involuntarias pueden ser débiles o agudas e intensas.
Después de la menarca, el cuerpo de una muchacha puede tardar dos años en desarrollar ciclos menstruales regulares. Durante ese tiempo, su cuerpo se está ajustando a las hormonas que aparecen en la pubertad. En promedio, el ciclo menstrual de una mujer adulta es de 28 días, pero puede variar de 23 a 35 días.
Si un hombre y una mujer tienen relaciones sexuales dentro de los días cercanos a la ovulación de la mujer (desprendimiento del óvulo), es probable que haya fertilización. Cuando el hombre eyacula (momento en el que el semen sale del pene), deposita entre 0,05 y 0,2 onzas líquidas (1,5 a 6 ml) de semen en la vagina. En esta pequeña cantidad de semen, hay entre 75 y 900 millones de espermatozoides, que "nadan" hacia arriba desde la vagina, a través del cuello uterino y el útero, para reunirse con el óvulo en la trompa de Falopio. Sólo hace falta un espermatozoide para fertilizar un óvulo.
Aproximadamente una semana después de que el espermatozoide fertiliza el óvulo, el óvulo fertilizado (cigoto) se ha transformado en un blastocisto multicelular. Un blastocisto tiene el tamaño aproximado de una cabeza de alfiler, y es una bola hueca de células con líquido en el interior. El blastocisto se entierra a sí mismo en el recubrimiento del útero, denominado endometrio. El estrógeno hace que el endometrio se vuelva más grueso y rico en sangre. La progesterona, otra hormona liberada por los ovarios, mantiene el endometrio ensanchado con sangre para que el blastocisto sea capaz de insertarse en la pared del útero y absorber los nutrientes que hay en ella. Este proceso se denomina implantación.
A medida que las células del blastocisto reciben nutrientes, comienza otra etapa de desarrollo: la etapa embrionaria. Las células internas conforman un círculo aplanado denominado "disco embrionario", que se desarrollará y llegará a ser un bebé. Las células externas se transforman en membranas delgadas que se forman alrededor del bebé. Las células se multiplican miles de veces y se mueven a nuevas posiciones hasta transformarse, finalmente, en el embrión. Después de aproximadamente 8 semanas, el embrión tiene un tamaño similar al del dedo pulgar de un adulto, pero prácticamente todas sus partes (el cerebro y los nervios, el corazón y la sangre, el estómago y los intestinos, los músculos y la piel) ya están formadas.
Durante la etapa fetal, que dura desde la novena semana posterior a la fertilización hasta el momento del nacimiento, el desarrollo continúa con la multiplicación, el movimiento y el cambio de las células. El feto flota en el líquido amniótico que se encuentra dentro del saco amniótico. El feto recibe oxígeno y nutrientes de la sangre de la madre a través de la placenta, una estructura con forma de disco que se adhiere al recubrimiento interno del útero y se conecta con el feto a través del cordón umbilical. La membrana y el líquido amniótico protegen al feto de los golpes y sacudidas que pueda sufrir el cuerpo de la madre.
El embarazo dura un promedio de 280 días; aproximadamente 9 meses. Cuando el bebé está listo para nacer, su cabeza presiona el cuello del útero y éste comienza a relajarse y ensancharse para prepararse para el paso del bebé hacia y a través de la vagina. La mucosidad que ha formado un tapón en el cuello del útero se afloja y sale junto con el líquido amniótico a través de la vagina cuando la madre rompe bolsa.
Cuando comienzan las contracciones del trabajo de parto, las paredes del útero se contraen por la estimulación de la hormona pituitaria, la oxitocina. Las contracciones hacen que el cuello del útero se ensanche y comience a abrirse. Después de varias horas de ensanchamiento, el cuello del útero se dilata (se abre) lo suficiente para que el bebé salga. El bebé es empujado hacia afuera del útero, a través del cuello del útero y a lo largo del canal de parto. Por lo general, primero sale la cabeza del bebé; el cordón umbilical sale junto con el bebé y se corta después del nacimiento. La última etapa del proceso de parto, que actualmente se denomina "posparto", es la expulsión de la placenta. Después de que se separa del recubrimiento interno del útero, las contracciones de éste la empujan hacia afuera, junto con las membranas y los líquidos.
Partes del Aparato reproductor Masculino






Partes internas









Partes de parato reporductor Femenino






 Partes internas

                                                                                                    



Ciclo menstrual

                                                                                                                                                                         




Sistema o aparato reproductor masculino


En la especie humana, el hombre produce los gametos masculinos o espermatozoides.  Estas células trasmiten al nuevo ser la información genética aportada por el padre.
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Las estructuras más importantes del sistema reproductor masculino son los testículos, el epidídimo, los conductos deferentes, la uretra, las vesículas seminales, la próstata y el pene.
Testículos
Son dos órganos cuya función es la producción de espermatozoides. Se encuentran suspendidos en un saco externo formado por la piel, denominado escroto. La función del escroto es mantener a los testículos en un medio más frío que el del interior de la cavidad abdominal.  Para que los espermatozoides se produzcan normalmente se requiere de una temperatura 30°C menor que la temperatura corporal (37°C).
En el interior de los testículos existen unos 250 lóbulos o compartimentos, que contienen unos delgados tubos muy enrollados y apretados llamados túbulos seminíferos. Cada túbulo seminífero tiene un diámetro extremadamente pequeño y mide aproximadamente unos 80 centímetros de longitud.  Son las estructuras específicas en que se producen los espermatozoides dentro del testículo.
Funcionamiento de los testículos. En el interior de los testículos y más exactamente en los túbulos seminíferos, se produce la hormona testosterona. (Ver: Hormonas sexuales) Esta hormona determina las denominadas características sexuales secundarias, y que son:
Crecimiento de la estructura del esqueleto.  Es común observar en los varones, alrededor de los 12 años, un aumento importante de su estatura.  Esto se debe al crecimiento de los huesos por el aumento del tejido óseo que provocan la acción de la hormona del crecimiento o somatotrofina y la testosterona.  Se produce también un ensanchamiento de los hombros que dan la apariencia de un cuerpo más robusto que el de la mujer.
Los huesos del cráneo también crecen y provocan el crecimiento de la nariz, de la mandíbula y de la frente; la cara, en su conjunto, se ve más alargada en comparación con la redondeada que tenía el niño.
Desarrollo de la musculatura.  El varón experimenta un aumento importante de su volumen corporal, debido al desarrollo de los músculos, más notorio en la zona pectoral y abdominal, en los bíceps y en las piernas.
Cambios en el tono de la voz.  La voz cambia de un tono agudo a otro más grave, por la maduración de la laringe y de las cuerdas vocales. En este período de cambio, es frecuente que aparezcan los conocidos "gallitos", porque el tono de la voz sube y baja involuntariamente mientras se está hablando. El desarrollo de la laringe es más notorio en los hombres porque se produce además un abultamiento en la zona delantera del cuello, que da origen a la llamada, comúnmente, "manzana de Adán", tan característica en los varones.
Cambios en la piel y en la distribución del vello.La piel del adolescente varón va engrosando, aumenta la actividad de las glándulas sebáceas y, como consecuencia, aparecen las llamadas "espinillas" y el característico acné juvenil.  Estas erupciones desaparecerán cuando el cuerpo se adapte a los cambios hormonales, originados por una mayor producción de testosterona.  Aparece también abundante vellosidad en zonas del cuerpo del varón donde antes no existía: el vello facial (bigote y barba) que da la oportunidad de comenzar a afeitarse; vello en el resto del cuerpo, especialmente en las piernas, región pectoral y, más abundante, en las axilas y en la zona púbica.
La extirpación de los testículos en la pubertad hace que no se desarrollen ninguna de las características sexuales secundarias en el varón (Eunucoidismo), ya que se extrae la fuente de testosterona del individuo, además no existe la producción de espermios por lo que el individuo queda infértil.
Regulación hormonal. El funcionamiento de los testículos está controlado por una glándula cuyo nombre es adenohipófisis.  Esta glándula ubicada en la base del cerebro, produce dos hormonas: la hormona folículo estimulante (HFE), que regula la producción de espermatozoides y la hormona luteinizante (HL) que controla la producción de la testosterona.
La producción de espermatozoides en el hombre está regulada por la acción de hormonas, que se mantiene constante desde la pubertad hasta la edad adulta.
Epidídimo
Es el órgano conformado por un tubo enrollado cuya longitud aproximada es de 7 centímetros.  Se encuentra unido a los testículos por detrás de ellos y su función es e1 almacenar temporalmente los espermatozoides producidos en los tubos seminíferos para permitirles que adquieran movilidad.  Este proceso se conoce con el nombre de capacitación, y requiere que los espermatozoides permanezcan 18 horas en el epidídimo, para completarse sólo cuando éstos ingresan al sistema reproductor  femenino, donde puede ocurrir la fecundación del óvulo.
Conductos deferentes
Éstos son la prolongación del tubo contenido en el epidídimo. Su función es almacenar los gametos masculinos y transportarlos desde el testículo hasta otra porción tubular denominada uretra.
Uretra
Es un conducto que transporta los espermatozoides desde los conductos deferentes hasta el pene, para permitir su excreción.
La uretra es también el conducto por el que se elimina la orina.
Vesículas seminales
Son dos glándulas que vierten a los conductos deferentes el semen, líquido viscoso en el que flotan los espermatozoides. El semen contiene agua y nutrientes como la fructosa, un tipo de azúcar que sirve de fuente energética para posibilitar el movimiento de los espermatozoides en su camino hacia el óvulo femenino.
Próstata
Se denomina así a una glándula que segrega sustancias específicas, las cuales, al mezclarse con el semen producido por las vesículas seminales, favorece la supervivencia de los espermatozoides una vez que ingresan al sistema reproductor femenino y ocurre la fecundación del óvulo.
Pene
El pene es el órgano copulador por el cual los espermatozoides son depositados en la vagina.  Está formado por un tejido esponjoso que al llenarse de sangre se separa del cuerpo en un proceso denominado erección. El pene erecto tiene la posibilidad reproductiva de introducir los espermatozoides del varón dentro del sistema reproductor femenino, función que se realiza durante el acto sexual o cópula.
En la capacidad de introducir espermas no tiene ninguna influencia el tamaño del pene.
Respecto a este punto, no existe ninguna encuesta científica ni estudio que indique algún tamaño como promedio ni menos como ideal, habiendo algunos de pocos centímetros hasta otros de quince o dieciséis.  No existe tampoco ninguna correlación entre el tamaño del pene en estado de flaccidez y su estado de erección. Esto significa que un pene pequeño puede alcanzar, proporcionalmente, mayor longitud que otro de más tamaño.