jueves, 10 de mayo de 2012

Limpieza genital masculina

Una de las acciones a la que menos prestamos atención y realizamos en forma mecánica, sin otorgarle la importancia que merece es la higiene genital masculina. Pareciera que pasarse agua y jabón por la zona del pene y los testículos fuera suficiente para eliminar la mugre acumulada y que limpiar una zona expuesta no requiriera de mucha ciencia.

Sin embargo los órganos que forman el aparato reproductor masculino requieren una atención especial que de no ser otorgada diariamente puede ser causa del nacimiento de hongos, bacterias e infecciones en la zona con graves consecuencias para la salud, las cuales se manifiestan en forma de comezón, sensación de ardor o quemazón, hinchazón, enrojecimiento del pene y hasta secreción de líquido purulento cargado de pus.

De acuerdo a la rama de la medicina encargada de atender las afecciones en los genitales masculinos, los órganos reproductores están expuestos a un sinnúmero de problemas a causa de contaminación por contacto, infección por hongos transmitidos por la compañera sexual y múltiples infecciones microbianas adquiridas por diversas vías, las cuales podrían ser contenidas o evitadas tan sólo por medio de la higiene.

Un ejemplo de ello, es el caso de los hombres no circuncidados, quienes en la parte inferior del prepucio generan una sustancia blancuzca, grasosa y con fuerte aroma, denominada esmegma, la cual se contamina rápidamente y sin la limpieza adecuada da lugar a la aparición de balanitis, una infección dolorosa que se caracteriza por la pus.

Limpiarse diaria y adecuadamente la zona genital es un comportamiento saludable que todos los hombres deben practicar, no hacerlo significa graves riesgos.

A continuación, algunas recomendaciones básicas sobre como realizarse una adecuada limpieza genital masculina.

• Paralelamente al baño, realícese su limpieza genital todos los días.
• Humedezca abundantemente la zona genital, junto con el resto del cuerpo.
• Lave completa y cuidadosamente con agua y jabón el pene y los testículos, procurando no frotarlos en forma tal que lastime el área.
• Si no tiene circuncisión eche atrás el prepucio y lave abundantemente con agua y jabón esa parte del glande, procurando no lastimar el área.
• Asegúrese de eliminar todo el jabón del área.
• Seque concienzudamente la zona inguinal y la entrepierna con un trapo exclusivo para ello.
• Si padece de sudoración aplique talco en la zona.
• Lave rápidamente y cuidadosamente la zona en caso de que haya sostenido relaciones sexuales con una mujer en periodo de menstruación, el riesgo de infección en esos casos es más alto.

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