¿Qué hace el sistema reproductor femenino?
El sistema reproductor femenino permite que una mujer:
-
produzca óvulos
-
tenga relaciones sexuales
-
proteja y nutra el óvulo fertilizado hasta que se desarrolle completamente
-
dé a luz
La reproducción sexual no sería posible sin los órganos sexuales denominados gónadas.
Si bien la mayoría de la gente considera que las gónadas son los
testículos del hombre, ambos sexos tienen gónadas; en la mujer, son los
ovarios. Las gónadas femeninas producen gametos femeninos (óvulos); las
gónadas masculinas producen gametos masculinos (espermatozoides). Una
vez que un óvulo es fertilizado por el espermatozoide, recibe el nombre
de cigoto.
Cuando una mujer nace, sus ovarios contienen cientos de miles de óvulos, los cuales permanecen inactivos hasta que comienza la pubertad.
En la pubertad, la glándula pituitaria, ubicada en la parte central del
cerebro, comienza a fabricar hormonas que estimulan a los ovarios para
producir hormonas sexuales femeninas, incluyendo el estrógeno. La
secreción de estas hormonas hace que una niña se desarrolle y se
transforme en una mujer madura.
Hacia el final de la pubertad, la niña comienza a liberar óvulos como parte de un período mensual denominado ciclo menstrual.
Aproximadamente una vez al mes, durante la ovulación, un ovario envía
un diminuto óvulo hacia una de las trompas de Falopio. A menos que el
óvulo sea fertilizado por un espermatozoide mientras se encuentra en la
trompa de Falopio, se secará y abandonará el cuerpo aproximadamente dos
semanas más tarde a través del útero. Este proceso se llama menstruación.
La sangre y los tejidos del recubrimiento interno del útero se combinan
para conformar el flujo menstrual, que en la mayoría de las muchachas
dura de 3 a 5 días. El primer período de una muchacha se denomina menarca.
Normalmente, las mujeres y muchachas sienten algunas molestias en los días previos a sus períodos. El síndrome premenstrual
(SPM) incluye síntomas físicos y emocionales que aparecen en muchas
muchachas y mujeres justo antes de sus períodos. Estos síntomas incluyen
acné, distensión abdominal, fatiga, dolor de espalda, inflamación y
dolor en los pechos, constipación, diarrea, antojos, depresión,
irritabilidad o dificultades para concentrarse y controlar el estrés. El
SPM suele empeorar durante los 7 días anteriores al inicio del período y
desaparece una vez que éste comienza.
Muchas muchachas también sufren
calambres abdominales durante los primeros días del período. Éstos son
causados por las prostaglandinas, sustancias químicas presente en el
cuerpo, que hace contraer los músculos lisos del útero. Estas
contracciones involuntarias pueden ser débiles o agudas e intensas.
Después de la menarca, el cuerpo de una
muchacha puede tardar dos años en desarrollar ciclos menstruales
regulares. Durante ese tiempo, su cuerpo se está ajustando a las
hormonas que aparecen en la pubertad. En promedio, el ciclo menstrual de
una mujer adulta es de 28 días, pero puede variar de 23 a 35 días.
Si un hombre y una mujer tienen
relaciones sexuales dentro de los días cercanos a la ovulación de la
mujer (desprendimiento del óvulo), es probable que haya fertilización.
Cuando el hombre eyacula (momento en el que el semen sale del pene),
deposita entre 0,05 y 0,2 onzas líquidas (1,5 a 6 ml) de semen
en la vagina. En esta pequeña cantidad de semen, hay entre 75 y 900
millones de espermatozoides, que "nadan" hacia arriba desde la vagina, a
través del cuello uterino y el útero, para reunirse con el óvulo en la
trompa de Falopio. Sólo hace falta un espermatozoide para fertilizar un
óvulo.
Aproximadamente una semana después de
que el espermatozoide fertiliza el óvulo, el óvulo fertilizado (cigoto)
se ha transformado en un blastocisto multicelular. Un
blastocisto tiene el tamaño aproximado de una cabeza de alfiler, y es
una bola hueca de células con líquido en el interior. El blastocisto se
entierra a sí mismo en el recubrimiento del útero, denominado endometrio.
El estrógeno hace que el endometrio se vuelva más grueso y rico en
sangre. La progesterona, otra hormona liberada por los ovarios, mantiene
el endometrio ensanchado con sangre para que el blastocisto sea capaz
de insertarse en la pared del útero y absorber los nutrientes que hay en
ella. Este proceso se denomina implantación.
A medida que las células del blastocisto
reciben nutrientes, comienza otra etapa de desarrollo: la etapa
embrionaria. Las células internas conforman un círculo aplanado
denominado "disco embrionario", que se desarrollará y llegará a ser un
bebé. Las células externas se transforman en membranas delgadas que se
forman alrededor del bebé. Las células se multiplican miles de veces y
se mueven a nuevas posiciones hasta transformarse, finalmente, en el embrión.
Después de aproximadamente 8 semanas, el embrión tiene un tamaño
similar al del dedo pulgar de un adulto, pero prácticamente todas sus
partes (el cerebro y los nervios, el corazón y la sangre, el estómago y
los intestinos, los músculos y la piel) ya están formadas.
Durante la etapa fetal, que dura desde
la novena semana posterior a la fertilización hasta el momento del
nacimiento, el desarrollo continúa con la multiplicación, el movimiento y
el cambio de las células. El feto flota en el líquido amniótico que se encuentra dentro del saco amniótico. El feto recibe oxígeno y nutrientes de la sangre de la madre a través de la placenta, una estructura con forma de disco que se adhiere al recubrimiento interno del útero y se conecta con el feto a través del cordón umbilical. La membrana y el líquido amniótico protegen al feto de los golpes y sacudidas que pueda sufrir el cuerpo de la madre.
El embarazo dura un promedio de 280
días; aproximadamente 9 meses. Cuando el bebé está listo para nacer, su
cabeza presiona el cuello del útero y éste comienza a relajarse y
ensancharse para prepararse para el paso del bebé hacia y a través de la
vagina. La mucosidad que ha formado un tapón en el cuello del útero se
afloja y sale junto con el líquido amniótico a través de la vagina
cuando la madre rompe bolsa.
Cuando comienzan las contracciones del trabajo de parto, las paredes del útero se contraen por la estimulación de la hormona pituitaria, la oxitocina.
Las contracciones hacen que el cuello del útero se ensanche y comience a
abrirse. Después de varias horas de ensanchamiento, el cuello del útero
se dilata (se abre) lo suficiente para que el bebé salga. El bebé es
empujado hacia afuera del útero, a través del cuello del útero y a lo
largo del canal de parto. Por lo general, primero sale la cabeza del
bebé; el cordón umbilical sale junto con el bebé y se corta después del
nacimiento. La última etapa del proceso de parto, que actualmente se
denomina "posparto", es la expulsión de la placenta. Después de que se
separa del recubrimiento interno del útero, las contracciones de éste la
empujan hacia afuera, junto con las membranas y los líquidos.
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